Para los viajeros, el agua, dulce o salada, es sinónimo de vacaciones y relajación. Construir una piscina en tu hotel es una gran ventaja porque te permite diferenciarte de la competencia y atraer clientes.
Sin embargo, para ofrecer el máximo confort a los huéspedes, no olvides tener en cuenta el respeto de las normas en términos de seguridad, higiene e instalaciones. Por ejemplo, tendrás que invertir en un depósito de agua o una cisterna de poliéster para almacenar el agua y llenar tus cubetas de manera óptima. No dudes en contactar a un profesional para solicitar un estudio personalizado y adaptado a tu lugar y tus necesidades.
Moderna, sofisticada o más rústica, la piscina de tu estructura de alojamiento seguramente seducirá a tus clientes o futuros clientes y le dará un toque especial a tu hotel.