Detrás de estos datos se esconden personas. Y los datos no mienten. Un 40% de la población española, con edades comprendidas entre los 25 y los 64 años, padece sobrepeso en mayor o menor medida. Más de un 25%, son personas realmente obesas. La mayoría, hombres. Y la tendencia va en aumento. El estilo de vida sedentario, los malos hábitos alimentarios y una preocupante ausencia de campañas y políticas de concienciación para prevenir la obesidad, dan como resultado un cóctel letal, traducido en un incremento de infartos de miocardio, diabetes, enfermedades del hígado y cáncer. Nos encontramos, sin duda, ante una de las grandes epidemias de nuestro siglo.
Afortunadamente, las nuevas técnicas para combatir la obesidad pueden ayudar, y mucho, a mejorar la salud de numerosos pacientes. Cuando las dietas y el ejercicio no son la única solución, en casos de obesidad grave, la reducción de una parte de la capacidad estomacal se revela como la mejor fórmula para reducir la ingesta de alimentos y, por lo tanto, bajar de peso.
Una de las técnicas o tratamientos más populares es el llamado “balón intragástrico”. Surgió durante la década de los 80 y su efectividad contrastada lo hacen especialmente recomendable en nuestros días. Con un balón intragástrico (cuya implantación se realiza sin cirugía, bajo sedación, con técnica endoscópica), a los seis meses ya pueden apreciarse pérdidas de peso de hasta 18 kilos. Tendencia que suele mantenerse después de que se haya retirado del estómago, durante los meses siguientes.
El balón intragástrico Sevilla, junto a un apoyo psicológico de reeducación nutricional, es una técnica fácil y accesible, al alcance de personas con problemas de obesidad que no deseen recurrir a la cirugía.